Cuando tomamos un vuelo, sobre todo si es largo, muchos deciden pedir una botellita de alcohol o una cerveza. Algunos lo hacen porque es gratis, otros porque así calman su miedo a volar. También los hay que consideran que el alcohol emborracha más cuando estás volando a semejante altura, lo cual añade más diversión al viaje con menos esfuerzo.

Pero ¿cuánto hay de cierto en ello? ¿Realmente el alcohol resulta más embriagante por el cambio de presión de la cabina, la altitud o cualquier otro factor? Sentimos comunicarles que NO, que el alcohol emborracha lo que emborracha, y solo
es la cantidad de alcohol que ingerimos lo que determina los niveles de intoxicación etílica.


Como la presión de la cabina es casi la misma siempre, la diferencia de cantidad de oxígeno que puede llegar a nuestro torrente sanguíneo es despreciable. Una investigación realizada por el profesor Bhushan Kapur de la Universidad de Toronto respalda la tesis, pues determinó que, en realidad, no hay ningún cambio en la sangre de los viajeros.

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