La suspensión total del servicio de comida y
bebida a bordo durante la pandemia (tanto de venta
como de cortesía) ha formado parte del escrupuloso protocolo de la
industria aeronáutica para tratar de minimizar la interacción entre la
tripulación y los pasajeros, y así garantizar un viaje más seguro para
todos. También, aunque suene a medida más impopular, lo ha sido
como parte de un programa de reducción de costes en mitad de una
crisis sin precedentes para la industria. Así pues, en prácticamente
ningún vuelo de corto y medio radio de los últimos meses se ha servido
comida o bebida, algo que, afortunadamente, parece que está
empezando a cambiar.
A pesar de que durante el mes de Noviembre ya se ha estado
recuperando cierta normalidad en el servicio de catering a bordo, aún
queda mucho, tiempo y esfuerzo, por restablecer la normalidad.
La mayoría de las aerolíneas ha desarrollado un procedimiento de
servicio que minimiza los puntos de contacto que, si todo va bien, será
el primer paso para normalizar el servicio de alimentos y bebidas en la
aerolínea en particular, y esperamos que en la aviación en general, ya
que de momento la comida se sigue sirviendo envasada de forma
individual y no en las tradicionales bandejas que forman el menú.
Amanecerá y veremos.
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